Pasen y participen, la mesa está lista para ser
compartida. Así, podríamos haber anunciado la tercera jornada de la décima
edición de las Jornadas de Teología.
El
tercer día comenzó con la ponencia titulada:”Fe e Iglesia: sentido comunitario de la Fe”, cuyo autor, Salvador
Pie-Ninot, ha participado en calidad de experto en el último Sínodo de los Obispos,
celebrado en Roma el pasado mes de octubre.
Su
exposición podemos considerarla una lección de eclesiología de alto nivel, no sólo
por su planteamiento pedagógico sino, también, por su participación directa como
experto en tres Sínodos. A la vez que presentó un magnífico desarrollo
histórico del significado de la Iglesia en los dos últimos milenios, remarcó
las claves eclesiológicas que tienen que ser bien conocidas y mejor transmitidas
en nuestro presente contexto cultural.
Ante
la preocupación de los creyentes para que la Iglesia no sea un espacio
considerado polémico para la fe, nuestro ponente, basándose en la reflexión del
teólogo Rahner, nos dice: “No es fácil
afrontar la cuestión de la Iglesia en nuestro mundo actual, tras una larga
transición que va desde una Iglesia de masas a una Iglesia constituida por
quienes, en contradicción con su entorno, se han abierto paso hacia una opción
de fe personal clara y consciente.” Sociológicamente constatable y, fruto
de la secularización de nuestro mundo, es el fenómeno creciente de los
conocidos cristianos no practicantes, tipificados con una expresión que ha
hecho fortuna:”Creer, pero sin pertenecer
a ninguna Iglesia”. Precisamente, cristianos no practicantes era el
objetivo primero del Sínodo que se acaba de celebrar. Por tanto, es un tema
central considerar que la Iglesia no es una pura estructura social con veinte
siglos de recorrido, sino que, sobre todo, es una estructura social
estructurada a partir de una comunidad de fe, esperanza y amor.
Para
dar respuesta al cómo debe presentarse el tema la Iglesia, Pie-Ninot, expuso una
serie de puntos clave para reflexionar. Primero, cómo se presenta la Iglesia en
el primer Credo. Se presenta como “Creo
la Iglesia” sin la preposición “en”
para indicar que el creer sólo se puede usar para indicar a las personas
divinas, pues la Iglesia no es persona divina. La Iglesia se encuentra dentro
del creer del Espíritu Santo. La Iglesia no es objeto de fe como Dios Padre,
Jesucristo y Espíritu Santo. El creer de la Iglesia ha de entenderse como
“creer eclesialmente”, de esta manera se diría: “Yo creo eclesialmente en Dios Padre,…”. La Iglesia es el marco o el
ámbito, el “desde dónde” se cree en
Dios gracias al impulso que le da el mismo Espíritu. Manifiesta así la
comunitariedad de la fe cristiana.
La
Iglesia es una condición de posibilidad para la fe, no es constitutiva del acto
de fe. ¿Qué lugar tiene la Iglesia en el
acto de creer?, fue la pregunta que se hicieron los teólogos de la Escuela de
Salamanca, allá en los siglos XV y XVI. El motivo del acto de fe es Dios mismo,
por eso la fe es virtud teologal. El CVII hizo una síntesis entre la
eclesiología del primer milenio, eclesiología de comunión sacramental: obispo,
eucaristía y comunión de obispos con el Obispo de Roma; y la eclesiología del
segundo milenio, eclesiología de la unidad jurídica: el Papa único punto de
referencia, los obispos se convierten en delegados papales. El CVII intenta
unir estos dos acentos eclesiológicos, por un lado, recuperar la eclesiología
de comunión sacramental y por otro, el ministerio pastoral.
El
titulo que dio el CVII a la Iglesia fue sacramento. Es el gran sacramento, no
es acto sacramental. Decir sacramento es decir misterio. Designio de Dios en la
historia. La Iglesia es a la vez visible y espiritual, donde Cristo es el único
mediador. La Iglesia es una unidad compleja que no es cuestión de organización
sino constitutiva. La fe tiene dimensión eclesial, no idílica. La Iglesia no es
de ángeles ni puede serlo. En la humanidad de Jesús se puede descubrir su
divinidad, sin los ojos de la fe no se puede ver a Jesús como salvador. Lo
visible de la Iglesia está al servicio del Espíritu de Cristo que le da vida para que crezca el
cuerpo. En Cristo hay unión hipostática, en la Iglesia no, por eso en la
Iglesia puede haber pecadores. La Iglesia es santa por los dones que da, es
decir, la palabra y los sacramentos con
el Espíritu, que son santos.
Para
terminar, plantea el siguiente interrogante: ¿La Iglesia es puerta de fe?
“No tengamos miedo cuando hablamos de la fe
en la Iglesia de decir que Iglesia es una paradoja, cuestión de la compleja
realidad”. La Iglesia es paradoja y misterio. Paradoja hecha para una
paradoja humana (De Lubac).
Decir,
por último, algunas cuestiones sobre las preguntas que se le formularon al
profesor Pie-Ninot. Primero, sobre la consideración de los laicos en la
Iglesia, dijo: “Sin los laicos, la
Iglesia no tiene futuro”. Segundo, sobre la relación Iglesia y Reino de
Dios, señaló: “La Iglesia es germen en la
historia del Reino de Dios, Reino de Dios al que están llamados todos los
hombres y mujeres de buena voluntad que sigan con honestidad su conciencia.”
Por último, sobre las claves eclesiológicas para la transmisión de la fe,
indicó que al final del Sínodo para tipificar el momento actual con la
transmisión de la fe se apoyaron en la narración de la Samaritana. Quizá
haciendo compañía en el desierto sea posible que surja la respuesta personal:
¡Ah, tú has descubierto una vida¡ ¡Me has ayudado!
Acabada
la primera ponencia se continuó con las exposiciones de las comunicaciones, presentadas
por cuatro jóvenes profesores del ISTIC:
1.
“Nuevos lenguajes en el cristianismo”. Experiencia y preguntas de
un Seminario” fue el título de la comunicación
presentada por los licenciados, D. Daniel Barreto González y Juan Francisco
Comendador Prisuelos. El objetivo de la comunicación es presentar el seminario
“Nuevos lenguajes del cristianismo”, experiencia que tiene su origen en la
pregunta acerca de lo cristiano. Un estudio de las expresiones del pensamiento
contemporáneo que desde posiciones no confesionales ni teológicas reivindican
el valor y la actualidad del legado cristiano para reinventar la convivencia,
la ética, la política y la cultura del futuro.
2. “El retorno del
paganismo. Un reto a la nueva evangelización” escrita
por el licenciado D. Carlos María Marrero Moreno. Esta comunicación trata de
resaltar la realidad del neo-paganismo como alternativa al cristianismo y la
respuesta que, los Padres de la Iglesia, supieron dar a esta realidad en los
comienzos del cristianismo. Lectura desde Clemente Alejandrino y Agustín de
Hipona.
3.
“Teología contemporánea y transmisión de la fe en el crisol del
Vaticano II” por el licenciado D. Agustín Ortega
Cabrera. La comunicación pretende plasmar una panorámica de la teología
contemporánea en relación con el Vaticano II. Importante acento en el
preconcilio y en el postconcilo.
Tras
un descanso se dio paso a la segunda ponencia del día, “La fe, encuentro con una Persona a la que se le confía la propia vida”,
presentada por el Vicario General de la Diócesis de Orihuela – Alicante,
Francisco Conesa Ferrer. Ponencia estructura en tres bloques referidos a la fe
personal.
En
un primer apartado se expuso la experiencia del “Creo” o aspecto personal de la
fe para tres sucesos que advienen a la persona: el encuentro, la escucha y la
transformación. Encuentro interpersonal con Dios desde la confianza, el
abandono y el sometimiento. Todo ello realizado bajo el manto de una actuación
trinitaria. Escucha y obediencia unidas, para una mejor fe de la Palabra y la
Verdad en la Persona. Resultado de unas razones de creencia y aceptación de
unas verdades de fe. Pero también la fe es un modo de vida. Modo de vida que
transforma al ser humano y que afecta a su comprensión del mundo. En esta circunstancia
la fe tiene en sí dos dimensiones la política y la moral.
En
un segundo momento, qué significado tiene la fe para la persona. Esta pregunta
conlleva tres apartados diferenciados: el conocimiento, la salvación y la
alegría de creer. Conocimiento personal y aceptación de un testimonio que
alimenta nuestra razón y nuestra conciencia, pero también intento de acto
performativo, creer y “hacer la verdad”. En suma, conocimiento o saber que nos
introduce en el misterio. Salvación: la fe es una fórmula de relación que da
acceso a la plenitud del ser humano. Pero, igualmente, es sinónimo de apertura
a la comunión con Dios. Todo ello ha de entenderse y vivirse desde una actitud
de creencia alegre.
En
tercer lugar, el camino de la fe es un camino de crecimiento. Crecimiento en la
escucha, en la entrega y donde tiene que formularse, es decir, en la praxis y
en el testimonio.
Por
último, Francisco Conesa, hizo un repaso a los retos que se plantea la fe en la
actualidad. Retos personales y retos que atañen al contexto cultural y social
del mundo actual.
El
jueves 8 de noviembre último día de las Jornadas, se desarrollará una única ponencia.
A las 16:30h “La fe en diálogo.”, a
cargo de Monseñor D. Santiago Agrelo Martínez, Arzobispo de Tánger. A las 17:45h
será el Acto de Clausura de las X Jornadas de Teología. Al finalizar el acto de
clausura se presentará una actividad titulada: “Las tres religiones monoteístas, lectura dramatizada del Texto del
Sinaí”.
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