jueves, 8 de noviembre de 2012

2º día: la puerta


Antes de respirar la vida divina se deberá aprender (¡si es que se puede!) a ahogarse en la vida humana.
                Abre el turno del día la ponencia titulada:”La herida de la fe: entre presencia y distancia”, su autor, Francisco García Martínez, nos advierte que, actualmente, no podemos explicar la fe sin mostrar, no solo su justificación, sino igualmente los lugares de acceso a ella.
                Dios se hace presente en el mundo, no en un espacio sagrado propiamente suyo, sino que se define a sí mismo como el que origina, sostiene y puede dar cumplimiento desde dentro al ser mismo de este hombre que se descubre asaltado por una presencia insospechada que le abarca en todas sus dimensiones y en todos sus espacios de vida y que se le ofrece como partner salvífico. De esta manera, nuestro ponente, nos introduce en un universo poético- filosófico de relaciones y libertades, de implicaciones y sometimientos que hacen grande el discurso teológico. La tesis inicial de la relación salvífica es una mezcla de “gozo e inquietud”. Se trata de analizar la presencia paradójica de Dios en la vida del hombre. Presencia, nos dice Francisco García, que lleva al hombre a la alabanza a través del llanto, a la tierra de abundancia a través de la sequedad del desierto, al enaltecimiento máximo a través de la humillación radical, a la vida a través de la muerte. El hombre de fe es así un hombre herido.
                Los prototipos escriturísticos de hombres de fe, Abraham o Jacob; los profetas más destacados, Moisés, Elías o Jeremías; personajes de la narrativa didáctica, Job o Jonás; relatos del Génesis, Adán, Eva o Caín; santos tales como Juan de la Cruz o Francisco de Asís; y como signo más evidente, el Crucificado; todos ellos, muestran cómo el hombre de fe es un hombre siempre herido. La fe no parece ser una aceptación de respuestas divinas que compensen o consuelen preguntas y necesidades del transitar de la vida del hombre, más parece una lucha de voluntades en un constante caminar tortuoso de aprendizaje del amor frente a Dios.
                La ponencia está llena de “píldoras contra el dolor” exentas de contraindicaciones, veamos un ejemplo: La fe se alcanza a sí misma, en su forma más perfecta en ese lugar existencial donde el hombre dista de sí mismo, donde aparece herido en la grandeza y belleza de su vida por la falta de su plenitud, donde el hombre muere ante un Dios eterno.
                En la actualidad, reflexionar sobre la fe y la revelación apenas tiene relevancia o interés, puesto que lo que parece estar herido es la propia fe en un hombre que, hoy por hoy, no se deja herir por la bendición. Fe, encuentro de lucha y bendición, que ha sido presupuesta en nuestra cristiandad y que nos ha conducido a territorios de in-experiencia de la fe, donde no sabemos hablar de ella porque no es claro que sea nuestro propio territorio. Por eso, no hay anhelo, por eso el discurso creyente no encuentra eco ni siquiera entre los que se dicen creyentes.
                Nos situamos en el núcleo de la cuestión. La herida de la fe se produce por la presencia de un reverso de Dios desconocido. O bien, Dios nos pide lo imposible, generando una incisión; o bien, Dios se esfuma, no está donde debería estar para nosotros, se produce la escisión. Dios aparece pues en la experiencia creyente como: posibilidad suprema de consumación de la vida o límite absoluto de esta misma vida.
                Termina nuestro ponente puntualizando las formas o lugares existenciales donde se muestra la herida de la fe: en el muro de la facticidad, en nuestra relación con el mundo; en el peso del sufrimiento y la violencia, Dios se presenta en la mediación del propio cuerpo; en la reticencia de la libertad, Dios se presenta como una herida por acción u omisión; en la huida del pecador, el hombre no es capaz de ofrecerse desnudo a la presencia de Dios pues siente como su mirada le humilla, le define como el que no está a la altura de la posición en el mundo que le ha sido otorgada; y, por último, en la libertad de Dios, cuya acción en el mundo conlleva un vacio inevitable, vacio a partir del cual solo la esperanza es el fundamento de la vida del creyente.
                Acudir a la página web entretiempodefe.es puede sernos de utilidad para seguir reflexionando en compañía de Francisco García Martínez.
                Pasamos a la segunda ponencia del día, “Claves de una nueva evangelización”, presentada por Juan Jesús García Morales. Nueva evangelización no se plantea como un comenzar de nuevo sino partir de la proclamación del Evangelio. Evangelio que es para siempre, para cada ser humano, para cada circunstancia. Sin perder el horizonte del anuncio se hace necesario reproponer formas nuevas hacia el camino de la felicidad verdadera.
                Se pregunta nuestro ponente: ¿Cuáles son los destinatarios de la evangelización? Para dar respuesta a este interrogante nos muestra los dos ámbitos fundamentales a tener en cuenta: el contexto y la persona.
                Contexto radicalmente nuevo, época distinta a cualquier otra de la historia, en donde se han transformado no sólo los valores sino las preguntas esenciales o creencias y, “en las que han explotado las ideas de efecto retardado que Nietzsche había introducido en la mente del ser humano contemporáneo.
                Persona que se enfrenta a un conjunto de circunstancias sobrevenidas: imposibilidad de un análisis de la realidad unificada; rapidez en los cambios; enmascaramiento del conocimiento por una cantidad ingente de información; tercera muerte de Dios en la psique del mundo europeo.
                Contexto y persona en la deriva a un mundo descreído, a una perdida preocupante de lo sagrado y, por tanto, a un proceso de descristianización. En esta envolvente surgen los retos para la Nueva Evangelización.
                Primer reto, no tener miedo al fragmento. Los discursos globales no están considerados en nuestro contexto. Hacer teología hoy consiste en el ejercicio paciente de introducirse en cada fragmento para dialogar con cada verdad.
                Segundo reto, la producción teológica debe dejar de hacer responder todavía a los postulados y autores de la modernidad. Mayor atención con la ciencia y no sólo con la filosofía, en especial la física, la matemática aplicada, la biología, estructuras de conocimiento, redes sociales, instituciones políticas.
                Tercer reto, dinámica del grano de mostaza. La teología debe abandonar complejos e incidir en la economía, la política, el mundo del espectáculo y el ocio.
                Cuarto reto, el lenguaje teológico. Tendrá que recurrir a las pequeñas batallas, siendo accesible e interesante a los intereses personales. Lenguaje que no sea agotador pero sabiéndose consciente de su estatuto anterior a otros lenguajes, por contener el misterio.
                Una vez definidos los retos, Juan Jesús García, paso a identificar las claves de la Nueva Evangelización:
1.       Humildad. Es una forma de ser por dentro, no saberse Dios sino sus criaturas.
2.       Universalidad. Actitud intelectual “nacionalista” típicamente contemporánea que anuncia una idea. El cristianismo no anuncia una idea, anuncia a una persona y, esa persona, se ha ofrecido para la salvación de todos.
3.       El perdón. Práctica antigua del testimonio. Credibilidad de la Iglesia asociada al testimonio y más si se da desde la propia vida. El testimonio y el martirio suponen el crisol donde se verifican los esfuerzos de evangelización de los cristianos, porque son las instancias donde se manifiestan la coherencia y autenticidad de la fe y la sacramentalidad de la Iglesia. Es donde cobran sentido la humildad y la universalidad.

                Tras un pequeño descanso, se inició la mesa redonda prevista en la puerta, su título: “Razones para la fe”. Invitados a esta cita: Carlos Cabrera, filósofo, teólogo y profesor de Secundaria, habló desde la zozobra por lo que está ocurriendo en nuestra realidad. La fe no es un acto al margen de la razón es constitutivamente racional. Me inclino, dijo, por la coherencia del ateísmo. El ateísmo es una posibilidad de nuestro cristianismo, aunque algunos pensamos que esto es insuficiente. El estatuto de nuestras convicciones no pueden ser impuestas al otro; Jesús Pérez Peña, químico y físico, infancia, ambiente familiar y escolar marcaron su regusto por la fe católica. Fe declarada débil pero constante en su trayectoria social, laboral y humana. La fe la considera un regalo con la que ha convivido y a la que no pretende analizar críticamente; Sergio Domínguez Jaén, poeta y escritor, saber ser creído por Dios es la consistencia de su fe. Fe cimentada en estudios de cuestiones teológicas y con dudas en la acción. Nos dice, “no he encontrado otro sistema mejor que la enseñanza del maestro en el evangelio”; Carlos Jarque, sacerdote y hermano de la comunidad Adsis, las realidades que dan alegría a su fe son: la búsqueda interior, palabra dicha que nos descoloca; el Tú, que aparece como respuesta y como llamada, en libertad; el grito, la fe en Jesús nos hace ver la cruz de otra manera, la fe nos anuncia que el sufrimiento es soportable; la mesa, lugar del compartir, Iglesia como espacio de convivencia que puede sanar.
               
                El miércoles 7 de noviembre situados en la mesa compartida, se desarrollarán dos ponencias: a las 16:00h “Fe e Iglesia. Sentido comunitario de la Fe.”, a cargo del Dr. D. Salvador Pie-Ninot, profesor de la Universidad Gregoriana de Roma y de la Facultad de Teología de Catalunya; y, a las 19:00h “La fe, encuentro con una Persona a la que se le confía la propia vida” ponencia que será desarrollada por el Dr. D. Francisco Conesa Ferrer, Vicario General de la Diócesis de Orihuela - Alicante. Entre ambos ponencias se presentarán tres comunicaciones: 17:15h “Nuevos lenguajes en el cristianismo. Experiencia y preguntas de un Seminario” elaboradas, en común, por Lcdo. D. Daniel Barreto González y Lcdo. D. Juan F. Comendador Prisuelos; 17:40h “El retorno del paganismo. Un reto a la nueva evangelización” presentado por Lcdo. D. Carlos Mª Marrero Moreno; y, por último, a las 18:05h “Teología contemporánea y transmisión de la fe en el crisol del Vaticano II “ por el Lcdo. D. Agustín Ortega Cabrera.

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