Un final magnífico para unas Jornadas impresionantes que nos han dejado un buenísimo sabor de boca. La ponencia de clausura a cargo de Mons. Agrelo, fue de una gran belleza y lucidez: "un profeta del Nuevo Testamento" o "una sabiduría entretejida en la propia vida" se exclamó al final por algunos de los asistentes.
En breve publicaremos la crónica de este día y un extracto de todas las ponencias. Recuerden que todas las intervenciones aparecerán al completo en el número 52 de la Revista Almogaren.
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